martes, 5 de febrero de 2013

Rodilla del corredor. Síndrome cintilla iliotibial.


Es una de las lesiones más característica del corredor de fondo (10%) consiste en un dolor en la zona lateral de la rodilla que aparece típicamente el correr. La cintilla es un tendón plano que se forma como continuación de la fascia lata del muslo cuando cruza la rodilla. Este músculo entre otras funciones estabiliza la rodilla en su parte externa. La fricción entre el borde posterior de la cintilla iliotibial y el borde del epicóndilo femoral externo originan este síndrome la cintilla. El roce máximo es a los 30 º de flexión de la rodilla, por ese motivo molesta más cuando el ritmo de carrera es lento y la rodilla está más tiempo en ese rango de movimiento.
Posiblemente el aumento de tensión soportada en la fase de apoyo por la fascia lata y la cintilla iliotibial en unas determinadas circunstancias (contracción excéntrica en abducción) originan el proceso inflamatorio que requerirá el tiempo adecuado para la recuperación del tejido dañado.


FACTORES FAVORECEDORES
Como en todas las lesiones por sobrecarga existen factores intrínsecos y extrínsecos que confluyen para provocar esta lesión.
Entre los factores intrínsecos se ha relacionado la rodilla del corredor con alteraciones de la pisada, mala alineación de los miembros y dismetría, así como a debilidad de los ab- ductores de la cadera, en especial del glúteo medio, de forma que el tensor de la fascia lata intenta compensar el déficit y el aumento de su tensión origina la mayor fricción que desemboca en el proceso inflamatorio.
Entre los factores extrínsecos, como en otras patologías, tenemos el aumento en volumen o intensidad de los entrenamientos, carreras cuesta abajo, calzado inadecuado, así como falta de factores recuperadores necesarios entre entrenamientos (descanso, buena alimentación, masaje,...).


DIAGNÓSTICO
El diagnóstico de esta lesión es eminentemente clínico. Una historia detallada y una exploración física simple nos dan el diagnóstico, no siendo necesarias otras pruebas complementarias salvo que las anteriores no sean típicas.
El dolor en la parte externa de la rodilla aparece tras uno o dos días de ligeras molestias que se van intensificando en los rodajes, de manera que a los 10-20 minutos del comienzo el atleta se ve obligado a parar. En reposo no suele molestar, pero la siguiente vez que el deportista sale a correr el dolor aparece en el mismo o menor intervalo de tiempo y se hace más intenso.
Es importante hacer una exploración encaminada a identificar factores propiciadores de la lesión como : estudio de la pisada, alineación de los miembros, dismetrías, etc...


TRATAMIENTO
En primer lugar es totalmente necesario dejar de rodar. La modificación de la actividad es imprescindible para obtener una mejoría significativa. Las medidas antiinflamatorias (hielo, antiinflamatorios, corticoides y fisioterapia) fracasarán si no se interrumpe la actividad.
El tratamiento con antinflamatorios supone un rápido control de los síntomas que permiten trabajar lo antes posible en los aspectos de estiramiento, liberación miofascial y posteriormente el fortalecimiento de todos los grupos musculares del miembro inferior, pero en particular los abductores de la cadera.
Debe valorarse la prescripción de plantillas a medida y la necesidad o no de un alza en caso de dismetría.
Deben evitarse carreras cuesta abajo en las primeras semanas de reincorporación a los entrenamientos. La mayoría de los corredores bien diagnosticados y tratados se recuperan en aproximadamente 6 semanas.