Es
una de las lesiones más característica del corredor de fondo (10%)
consiste en un dolor en la zona lateral de la rodilla que aparece
típicamente el correr. La cintilla es un tendón plano que se forma
como continuación de la fascia lata del muslo cuando cruza la
rodilla. Este músculo entre otras funciones estabiliza la rodilla
en su parte externa. La fricción entre el borde posterior de la
cintilla iliotibial y el borde del epicóndilo femoral externo
originan este síndrome la cintilla. El roce máximo es a los 30 º
de flexión de la rodilla, por ese motivo molesta más cuando el
ritmo de carrera es lento y la rodilla está más tiempo en ese rango
de movimiento.
Posiblemente
el aumento de tensión soportada en la fase de apoyo por la fascia
lata y la cintilla iliotibial en unas determinadas circunstancias
(contracción excéntrica en abducción) originan el proceso
inflamatorio que requerirá el tiempo adecuado para la recuperación
del tejido dañado.
FACTORES
FAVORECEDORES
Como en todas las
lesiones por sobrecarga existen factores intrínsecos y extrínsecos
que confluyen para provocar esta lesión.
Entre los factores intrínsecos se ha relacionado la rodilla del corredor con alteraciones de la pisada, mala alineación de los miembros y dismetría, así como a debilidad de los ab- ductores de la cadera, en especial del glúteo medio, de forma que el tensor de la fascia lata intenta compensar el déficit y el aumento de su tensión origina la mayor fricción que desemboca en el proceso inflamatorio.
Entre los factores extrínsecos, como en otras patologías, tenemos el aumento en volumen o intensidad de los entrenamientos, carreras cuesta abajo, calzado inadecuado, así como falta de factores recuperadores necesarios entre entrenamientos (descanso, buena alimentación, masaje,...).
DIAGNÓSTICO
El
diagnóstico de esta lesión es eminentemente clínico. Una
historia detallada y una exploración física simple nos dan el
diagnóstico, no siendo necesarias otras pruebas complementarias
salvo que las anteriores no sean típicas.
El
dolor en la parte externa de la rodilla aparece tras uno o dos días
de ligeras molestias que se van intensificando en los rodajes, de
manera que a los 10-20 minutos del comienzo el atleta se ve obligado
a parar. En reposo no suele molestar, pero la siguiente vez que el
deportista sale a correr el dolor aparece en el mismo o menor
intervalo de tiempo y se hace más intenso.
Es
importante hacer una exploración encaminada a identificar factores
propiciadores de la lesión como : estudio de la pisada, alineación
de los miembros, dismetrías, etc...
TRATAMIENTO
En
primer lugar es totalmente necesario dejar de rodar. La modificación
de la actividad es imprescindible para obtener una mejoría
significativa. Las medidas antiinflamatorias (hielo,
antiinflamatorios, corticoides y fisioterapia) fracasarán si no se
interrumpe la actividad.
El
tratamiento con antinflamatorios supone un rápido control de los
síntomas que permiten trabajar lo antes posible en los aspectos de
estiramiento, liberación miofascial y posteriormente el
fortalecimiento de todos los grupos musculares del miembro inferior,
pero en particular los abductores de la cadera.
Debe
valorarse la prescripción de plantillas a medida y la necesidad o
no de un alza en caso de dismetría.
Deben
evitarse carreras cuesta abajo en las primeras semanas de
reincorporación a los entrenamientos. La mayoría de los
corredores bien diagnosticados y tratados se recuperan en
aproximadamente 6 semanas.