El tendón de Aquiles es el tendón más grueso y fuerte del cuerpo
humano, aunque metafóricamente es signo de debilidad. Debe su
nombre al principal héroe de la rendición de Troya, Aquiles,
considerado por los griegos como un semidiós.
Desempeña un papel muy importante en la mayoría de los deportes y
es particularmente vulnerable a la sobrecarga de la carrera y el
salto reiterado y representa un 11% de las consultas por molestias en
extremidades inferiores. El tendón de Aquiles forma un tendón
distal articular para los músculos gemelos y sóleo, estos músculos
se juntan y forman el músculo triceps sural .
El tríceps sural a su vez forma parte de un importante sistema
muscular el sistema calcáneo – aquileo - plantar, junto con la
fascia plantar. Como resultado de las cargas repetidas sobre el
tendón puede producirse inflamación sobre el tendón o tejidos
circundantes. La tendinitis aguda se produce con frecuencia en
deportistas ocasionales poco entrenados. Entre los factores causantes
el más común es la sobresolicitación del tendón, alteraciones de
la estática del pie (pronación excesiva, pie cavo varo de antepie),
falta de flexibilidad en el triceps con limitación de la flexión
dorsal de la articulación del tobillo y también defectos en el
calzado.
Una vez pasado el momento agudo de la lesión, unos 10 días, la
tendinitis pasa a ser tendinosis, observándose signos de
degeneración tendinosa.
El diagnóstico es básicamente clínico, dolor local e inflamación
entre 3 y 6 cm de su inserción (zona menos vascularizada del
tendón), aumenta el dolor a la flexión plantar si aplicamos
resistencia.
El calzado deberá tener una buena amortiguación y una especie de
V en la zona posterosuperior del contrafuerte que le deje libre de
presión y de microtraumatismos al tendón.
Los deportistas que experimentan roturas del tendón de Aquiles con
mayor frecuencia son quienes participan en deportes con balón que
requieren cambios rápidos de dirección. A veces el paciente con
rotura del tendón tiene antecedentes de dolor de larga duración
localizado en el tendón, aunque la lesión suele producirse sin
aviso. Estas roturas se producen generalmente por cambios
degenerativos en el tendón (tendinosis) en su zona de menos
vascularización antes comentada. Las roturas del tendón pueden ser
parciales o totales. Las primeras a menudo se producen en
deportistas previamente activos (cerca o en la 4ª década de vida)
que reanudan la actividad deportiva. La actividad física regular
ayuda a prevenir esos cambios degenerativos. En la mayoría de los
casos el mecanismo de lesión radica en la activación fuerte de la
musculatura posterior de la pierna, por ejemplo un impulso fuerte con
el pie que sostiene el peso corporal mientras la rodilla esta
extendida.